Los jóvenes históricamente han sido agentes de cambio en la historia de las naciones y de sus políticas. Este rol los convierte en sujetos políticos, con la necesidad cada vez más notoria de participar como sujetos políticos en las decisiones de su presente y futuro.

Opinión de Nasch Beitia Mercado
En 1922 se crea la primera Federación de Estudiantes de Panamá (FEP), lo cual refleja juventudes organizadas y en pie de lucha por sus derechos desde inicios del siglo XX. Ejemplo del trayecto del movimiento estudiantil, tanto universitario como secundario, a lo largo de la historia, han sido los mártires del 9 de enero de 1964.
Hoy en día existen gran cantidad de organizaciones juveniles, sin embargo, no han logrado incidir completamente en las políticas públicas y la toma de decisiones del Estado panameño en beneficio de los jóvenes, en respuesta a sus necesidades.
Las políticas públicas actuales sufren de adultocentrismo, se ejercen más como castigo y represión en vez de incorporarlas como estrategias inclusivas, educativas, de salud, culturales y amigables con las juventudes.
El Estado ejerce políticas económicas que vulneran el crecimiento saludable de la población joven, dejando en situación de riesgo a una mayoría, negra, indígena y de bajos recursos, por causa de baja empleabilidad, educación deficiente y falta de un sistema de salud preventivo, entre otras.
El vivir dentro de una cultura adultocéntrica, entendiendo que la cultura adultocéntrica es en la que las personas adultas no incluyen a les jóvenes en la toma de decisiones y en donde quieren manejar el pensamiento sobre les jóvenes, como el problema del presente y la falta de construcción de un futuro, produce una escasa participación política y social.

Agentes de cambio
Como jóvenes agentes de cambio debemos cuidar y defender los derechos que a lo largo de la historia hemos conseguido, por tanto, debemos promover:
- Organizarnos políticamente
- Activar las asociaciones estudiantiles
- Educarnos política y culturalmente
- Crear redes entre organizaciones estudiantiles y juveniles
- Participar en los espacios políticos, económicos y culturales.
- Descentralizar las luchas juveniles y ampliarlas a ámbitos campesinos y comarcales.
- Incluir en las luchas a la juventud LGBTIQ+, sus necesidades y derechos.
- Trabajar la paridad de género en las organizaciones.
- Priorizar la lucha de las mujeres jóvenes, en especial, las mujeres negras, indígenas y en situación de riesgo, es decir trabajar transversalmente los temas de género, decolonialidad, racismo y feminismo.
- Exigir educación sexual, como parte de los derechos básicos de las personas: salud y educación.
- Tomar en cuenta los temas ecológicos y de ambiente.
- Tomarnos el espacio público y ser conscientes que el Estados somos todas y todos y ejercer esa responsabilidad.
Por tanto, vemos como puntos principales de desafíos para los jóvenes en el presente: el desempleo juvenil, el racismo, la deserción escolar, la discriminación estructural y sistemática, la salud pública, la violencia de género, la falta de espacios políticos para las juventudes y la discriminación a la población LGBTIQ+

Sobre Nasch Beitia Mercado
- Estudiante de Ingeniería de Operaciones y Logística empresarial de la Universidad de Panamá.
- Egresada del programa Agentes de Cambio de la fundación Friedrich Ebert, generación 2019.
- Militante Negra, Feminista, Antirracista y Lesbiana en espacios como: Voces de mujeres afropanameñas, Fémina, Es para todxs, Consejo Nacional de la Juventud, MOADP.
- Fundadora de «Birria de Giales», programa deportivo para que las mujeres se tomen los espacios públicos.
- Fundadora del Frente Feminista universitario de la facultad de administración de empresas y contabilidad para el encuentro entre feminidades y feminismos en el espacio estudiantil.
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