En la última década las colaboraciones entre artistas y firmas de moda se han convertido en una rutina que pretende, y suele lograr, atraer y fidelizar nuevos públicos.

La creación del diseñador de moda Yves Saint Laurent (1936-2008), inspirada en la obra del pintor, Piet Mondrian (1872-1994), marcó una referencia en la estrecha relación entre arte y moda.

Pero no solo se trata de perseguir y sorprender a las audiencias, sino de involucrar otras disciplinas, de desacralizar a los clásicos mediante creaciones conjuntas e interdisciplinares. Una tendencia que reúne a arquitectos, artistas plásticos y visuales, incluso cantantes, entre otras figuras, que se aproximan a la moda a través de diversos medios.

El trabajo realizado por Takashi Murakami para Louis Vuitton, quizás es el más conocido hasta el momento, pero las colaboraciones son casi incontables. George Clooney apareció en la portada de la revista W con un traje de Armani intervenido por Yayoi Kusama. Damien Hirst aplicó sus famosos puntos en unos bolsos para The Row. James Nares hizo lo propio para Coach. La lista es interminable, Richard Prince, Kanye West, etc.

Sin embargo, es la adaptación de la obra del pintor neoplasticista la que ha quedado registrada como un hito. Fue en 1965 y Saint Laurent le dedicó una colección de Alta Costura para posteriormente, y debido al éxito, adaptarla a una colección de pret-à-porter. Su vestido Mondrian supuso el inicio de una relación entre artistas y moda con posteriores colaboraciones con Andy Warhol, Roy Lichtenstein o Tom Wesselmann.

Las primeras obras de Piet Mondrian estaban ancladas en la tradición paisajista holandesa e imaginar su posterior evolución hubiera sido, cuanto menos, una predicción osada.

El trabajo del pintor belga es el ejemplo de una evolución estilística radical, que se desprende de las composiciones naturalistas y simbólicas para abrazar la investigación abstracta sobre el color y la forma. De esta manera, sus cuadros a los que denominó Composición, fueron su mayor logro artístico.

Miembro de De Stijl y fundador del neoplasticismo, Mondrian creía que el Cubismo no había ido suficientemente lejos en el desarrollo de la abstracción y que el Expresionismo resultaba demasiado subjetivo en su propuesta. Fue mediante la abstracción geométrica, y la búsqueda de la supuesta estructura básica del universo, como Mondrian encontró la pureza que buscaba. Obras que a menudo fueron objeto de crítica por su aparente sencillez, escondían una complejidad meticulosa en el desarrollo.

El vestido Mondrian es un vestido de cóctel recto con cuello redondo y sin mangas. Una obra simple al igual que el lienzo del pintor holandés...

Se trata de un diálogo perfectamente tejido entre moda y arte. Las líneas, los colores primarios, y la disposición de los elementos de Mondrian quedaron plasmados en las piezas diseñadas por Saint Laurent. La manera en cómo las formas geométricas se adaptan al corte de los vestidos, a la propia silueta femenina, transmite una ilusión de proporción en el diseño del vestido.

Destaca también el carácter minimalista y simétrico, en el que predominan los colores negros, blancos, rojos, amarillos y azules, al igual que las piezas de Mondrian. Este vestido supuso una revolución y el perfecto diálogo entre moda y arte.

Lo cierto es que aquella colección “Mondrian” ha logrado sobrevivir hasta nuestro tiempo manteniendo su vigencia y, especialmente, siendo objeto de inspiración para creaciones posteriores de otras firmas y de otros autores.

"Un buen diseño puede soportar la moda de 10 años".

- Saint Laurent